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sábado, 19 de marzo de 2011

El chacarero y la instructora

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Un chacarero lleva su camioneta al pueblo y el mecánico le dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su chacra, que no queda lejos.
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En el camino pasa por la proveeduría y compra un balde y un tarro de pintura. Allí, un colega le entrega dos gallinas y un ganso que le debía. Y ahí, nuestro granjero tiene un problema: cómo llevar todo a casa caminando.
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Mientras piensa cómo hacer, se le acerca una señora de edad mayor y le pregunta cómo llegar a la granja de los González; el chacarero le dice que va en esa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría...

La señora dice: -¿Por qué no ponés la lata de pintura en el balde? Lo llevás en una mano; te ponés una gallina debajo de cada brazo y llevás el ganso en la otra mano...
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El granjero agradece y comienza a acompañar a la señora. En un momento le dice: -Conozco un atajo, nos saca del camino principal pero nos ahorramos un kilómetro.
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La señora lo mira con desconfianza y responde: -Soy una viuda solitaria, sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me vas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra una tranquera y vas a abusar de mí?
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-¡Pero señora! Aun cuando quisiera, ¿cómo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos gallinas y un ganso. ¿Cómo hago para apretarla contra la tranquera y abusar de usted?
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-¿Será posible que yo te lo tenga que enseñar todo…? ¡Ponés el ganso en el piso, lo cubrís con el balde, colocás la pintura encima del balde, y yo te tengo las gallinas...!
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