El dóctor que atendió a doña Berta en el Hospital Israelita durante toda su vida, se jubiló.
Doña Berta, que ahora tenía 84 años fue a otro médico para la próxima consulta.
Este, le pidió que trajera una lista de todas las medicinas que le habían recetado.
Cuando el joven doctor revisaba la lista, sus ojos casi se desorbitaron cuando vio que le habían recetado píldoras anticonceptivas.-
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-"Doña Berta, usted sabe que estas son PÍLDORAS ANTICONCEPTIVAS?
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-"Sí dóctor, me ayudan a dormir por la noche".
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-"Doña Berta, -dijo el nuevo dóctor- le aseguro que no hay ABSOLUTAMENTE NADA en estas píldoras que la ayuden a dormir".
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Entonces la viejita se acercó al joven doctor, le dio una palmadita en su brazo y le dijo:
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-"Sí, mi querido dóctor, eso ya lo sé. Pero todas las mañanas disuelvo una en el jugo de naranja de mi nieta de 16 años que vive conmigo. Y... si viera... ¡que bien duermo todas las noches...!"
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