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domingo, 16 de octubre de 2011

Divorcio Judío:

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Jacobo llama desde Tel Aviv a su hijo Samuel que emigró a Nueva York y le dice:
- Lamento arruinarte el día, pero tengo que informarte que tu madre y yo nos estamos divorciando, cuarenta y cinco años de sufrimiento es suficiente.
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- Papi, ¿de qué estás hablando? ¡Y justo antes de las fiestas! -grita el hijo.-
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- No podemos soportar seguir viéndonos, -le contesta el padre- Estamos hartos el uno del otro, y estoy cansado del tema, así que es mejor que tú llames a tu hermana Ana en Chicago para contarle. Y corta el teléfono.
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Desesperado, el hijo llama a su hermana quien explota en el teléfono:
- ¿Cómo que se están divorciando? ¡Yo me voy a hacer cargo del asunto!
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Inmediatamente la hija llama al padre y le dice:
- Ustedes NO se divorcian! No hagan nada hasta que yo llegue. Ahora mismo vuelvo a llamar a mi hermano y vamos los dos donde ustedes. Hasta entonces no hagan nada ¿ESCUCHASTE BIEN? ¡¡¡NADA!!!
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El padre cuelga el teléfono, mira a su esposa y le dice:-
- Muy bien Rebeca, todo salió perfecto. Los dos vienen para las fiestas... y se pagan los pasajes!!!

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